
Nuestros Nodos
Conservación Marina
Educación regenerativa
Permacultura y economía local
Monitoreo y conservación del agua
Regeneración del hábitat terrestre
Conservación Marina
Las tortugas marinas existen desde hace millones de años y desempeñan un papel vital en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas marinos y costeros. Ayudan a controlar las poblaciones de medusas, mantienen la salud de los lechos de pastos marinos, contribuyen a la vitalidad de los arrecifes y transportan nutrientes entre el océano y la costa. Entre las especies que protegemos se encuentran la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), la tortuga negra (Chelonia mydas) y la tortuga laúd (Dermochelys coriacea). Hoy en día, todas ellas enfrentan numerosas amenazas, como la depredación, la contaminación, el desarrollo costero, la captura incidental, el cambio climático y el tráfico ilegal.
En respuesta a estos desafíos, en La Tortuga Viva trabajamos para proteger a las tortugas marinas desde su llegada a la playa hasta que sus crías regresan al mar. Realizamos patrullajes nocturnos para localizar y salvaguardar nidos vulnerables, protegerlos de depredadores y pescadores furtivos, y monitorear el proceso de incubación hasta la liberación de las crías. También realizamos actividades de educación ambiental para concientizar a las comunidades locales y visitantes sobre la importancia de conservar estas especies.
La Tortuga Viva comenzó como un proyecto comunitario en el año 2000 y es un claro ejemplo de que las comunidades locales pueden ser la base de iniciativas tan grandes e importantes como ReSiMar hoy en día. El campamento funciona actualmente gracias al esfuerzo diario de 14 voluntarios locales, cuya pasión por la conservación ha impulsado el proyecto desde sus inicios. Sin su presencia, ninguna de las actividades del campamento tortuguero sería posible.
Cada acción, por pequeña que parezca, tiene un impacto real en el futuro de las tortugas marinas y de nuestro planeta. Protegerlos no sólo ayuda a preservar estas especies antiguas, sino que también contribuye a la salud del océano, del que todos dependemos.
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Educación regenerativa
La educación regenerativa honra el territorio como eje central del aprendizaje. Reconoce el aprendizaje como un proceso dinámico que involucra el conocimiento local, la reciprocidad y el cuidado colectivo.
Basado en estos principios, se creó el proyecto EcoAgentes de la Cuenca, un programa educativo que reconoce la rica diversidad de la microcuenca y considera a los niños como líderes comunitarios que promueven la regeneración de su territorio a través de sus acciones. Esto se logra mediante el cuidado y el respeto por la vida, el juego como forma de aprendizaje, las relaciones sociales positivas y la autonomía en la toma de decisiones.
A pesar de esta hermosa abundancia, los estudiantes de la microcuenca también enfrentan dificultades económicas. Por ello, nació el programa de becas "Adopta a un Estudiante". Mediante donaciones, apoya a niños y jóvenes en situación económica vulnerable, cubriendo gastos escolares como uniformes, útiles escolares, matrículas, almuerzos y otros costos que algunas familias no pueden costear. Sin embargo, este programa de becas también busca promover un sistema de reciprocidad en el que los estudiantes contribuyan a proyectos que beneficien a su comunidad educativa o actúen como ciudadanos sensibles, empáticos y responsables con su entorno.
En la microcuenca de Juluchuca, la educación regenerativa adopta diversas formas: desde tardes de juego y huertos escolares con un enfoque agroforestal hasta la custodia del campamento tortuguero. Todo esto busca crear espacios de aprendizaje dentro y fuera de la escuela, que posicionen a los niños como líderes del cambio.
Actualmente, en colaboración con Mexicanos Primero, se está desarrollando un currículo regenerativo. Este propone una metodología detallada, acompañada de actividades educativas que pueden replicarse en diferentes escuelas del país —o en otros espacios educativos— que estén motivados a implementar un método de enseñanza alternativo. Este enfoque busca la prosperidad, la justicia y la cooperación en la búsqueda de una regeneración sistémica que ofrezca un futuro más esperanzador para los niños y los jóvenes.
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Permacultura y economía local
Desde el corazón de Juluchuca, Guerrero, el Nodo de Permacultura impulsa procesos comunitarios centrados en la regeneración ecológica, las economías solidarias y el conocimiento ancestral. A través de una estrecha colaboración con Gente Viva, su cooperativa de mujeres y productoras locales, promovemos prácticas agroecológicas, talleres de capacitación y espacios de bienestar que fortalecen el tejido social y nos reconectan con la tierra. Nuestro enfoque combina la producción regenerativa de superalimentos como la cúrcuma, la moringa y la jamaica con apoyo técnico, comercialización justa y la celebración del conocimiento tradicional.
Cada temporada es una oportunidad para crecer juntos. Este año, hemos impartido talleres sobre tintes naturales y mezclas medicinales, introducido nuevos productos en nuestra producción, implantado sistemas agroforestales y ampliado el alcance de nuestros productos a mercados regionales y hoteles. También celebramos la mudanza de la cooperativa de mujeres a un nuevo espacio comunitario y participamos en encuentros nacionales donde nuestros miembros compartieron sus historias con confianza y orgullo.
Creemos en una cuenca hidrográfica viva, resiliente y regenerativa, y trabajamos a diario para hacerla realidad. Desde la profesionalización de la producción comunitaria hasta el fortalecimiento de alianzas locales e internacionales, cada acción del Nodo de Permacultura busca sembrar semillas de transformación para el futuro. Invitamos a todos los que visiten esta página a apoyar, unirse o inspirarse en un proyecto que muestra cómo el cambio colectivo comienza a nivel local.
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Monitoreo y conservación del agua
Como parte del proyecto ReSiMar, el Nodo del Agua coordina un programa comunitario de monitoreo de la calidad del agua en la subcuenca de Juluchuca, Guerrero, conocido como el programa "Científicos Ciudadanos". A través de esta iniciativa, estudiantes y docentes de telepreparatorias locales reciben capacitación para recopilar y analizar datos físico-químicos, biológicos y paisajísticos del río. El estudio de referencia resultante ofrece información confiable sobre la calidad del agua de nuestra subcuenca, lo que facilita la toma de decisiones informadas y fomenta una renovada conexión y apreciación por el entorno natural que rodea a nuestras comunidades.
El monitoreo se realizó durante la temporada seca (marzo de 2024) y la temporada de lluvias (noviembre de 2024), abarcando diez sitios estratégicos a lo largo de la cuenca, desde la parte alta hasta la baja. Esto permitió detectar un patrón de degradación progresiva. Si bien las zonas altas aún albergan ecosistemas saludables, las partes media y baja muestran reducciones significativas en el caudal, pérdida de vegetación riparia y la presencia de bacterias como coliformes y E. coli, asociadas a prácticas agrícolas no reguladas y a la sobreexplotación hídrica.
El análisis de bioindicadores, como diatomeas, macrófitas y macroinvertebrados acuáticos, confirmó un deterioro de la calidad ambiental aguas abajo, con especies tolerantes a la contaminación que predominan en las zonas impactadas. Si bien el panorama no es ideal, la subcuenca de Juluchuca se encuentra en un punto crítico donde una intervención oportuna puede contribuir a su regeneración, creando las condiciones ideales para el desarrollo del programa de ciencia ciudadana. A través de talleres, trabajo de campo y análisis en laboratorios comunitarios, el programa fomenta un profundo conocimiento de la salud del río y forma a futuros líderes ambientales. Además de generar evidencia científica para guiar los esfuerzos de restauración (como la reforestación ribereña o la adopción de sistemas agroforestales), el proyecto promueve la gestión regenerativa del paisaje a través de la participación comunitaria y el uso responsable de los recursos hídricos.
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Regeneración del hábitat terrestre
La biodiversidad está presente en toda la cuenca, y el objetivo de este nodo es defender y conservar todas las formas de vida en el territorio. La belleza y singularidad de esta tierra residen en las manifestaciones de la vida, desde los microorganismos del suelo hasta la majestuosidad de los bosques. Por ello, este nodo trabaja estrechamente con las comunidades para desarrollar programas que promuevan y mantengan un entorno limpio, saludable y abundante para vivir.
El programa que impulsó el nodo es una colaboración con la empresa Tierra Sphere, que invita a productores locales a participar en un proyecto de reforestación mediante técnicas agroecológicas. Están plantando grandes extensiones de tierra con el árbol nativo Uje, con notables cualidades tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Sin embargo, el proyecto va más allá de la reforestación; también promueve la plantación de otras especies como el cacao, la cúrcuma, el plátano, la moringa y otras plantas de alto valor medicinal, transformando extensas áreas de pastizales en bosques robustos y fértiles que ayudan a regenerar el suelo.
Otro beneficio de esta colaboración es destacar la importancia de un suelo libre de agroquímicos, rico en nutrientes y poblado de árboles que capturan carbono, contribuyendo así a la regeneración de todo el ecosistema.
Además de esta iniciativa, trabajar en la regeneración del hábitat terrestre animará a las comunidades a participar más activamente, creando conjuntamente soluciones estratégicas para las necesidades y desafíos diarios que enfrentan y transformando áreas en zonas designadas de conservación. Estas regiones honrarán los ciclos naturales y abrazarán un futuro en el que todas las generaciones puedan presenciar y proteger las maravillas de la naturaleza.
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Proyectos Especiales
El jaguar (Panthera onca) es el tercer felino más grande del mundo, el más grande de América y una especie clave para la salud de los ecosistemas que habita. Como superdepredador, regula las poblaciones de otras especies y ayuda a mantener el equilibrio natural, lo que convierte su presencia en un indicador de un ecosistema saludable. Sin embargo, las poblaciones de jaguar están cada vez más fragmentadas debido a la pérdida y degradación de más del 50% de su hábitat, la caza ilegal y los conflictos con las actividades humanas. En muchas regiones de México, el jaguar corre grave riesgo de desaparecer y actualmente está clasificado como especie en peligro de extinción.
Desde 2010, ha existido un gran interés en documentar la presencia de jaguares en la cuenca alta de Juluchuca, Guerrero, situación que llevó a los investigadores a comenzar a visitar la zona. Sin embargo, no fue hasta finales de mayo de 2024 que ocurrió un evento clave: residentes de la comunidad de Vistahermosa reportaron el avistamiento de un jaguar acompañado de dos cachorros. Esta información fue compartida con el equipo de ReSiMar, lo que provocó una movilización inmediata para comenzar a monitorear la especie y sentar las bases para su conservación en la región.
Gracias a la participación del Dr. Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, esta información también llegó al Dr. Fernando Ruiz, director de Conservación de Felinos Silvestres, quien se unió con entusiasmo a los esfuerzos locales. Como resultado de esta colaboración, a partir de junio de 2024 se instalaron cámaras de rastreo en varios sitios de la sierra. Gracias a este esfuerzo, se obtuvieron dos capturas fotográficas de jaguares, lo que fortalece la evidencia de su presencia en la zona e impulsa un proyecto de conservación basado en la ciencia y la participación local. El apoyo comunitario ha sido esencial para hacer posible este monitoreo; sin su conocimiento del territorio, no podríamos acceder a muchos de los sitios que actualmente se observan.
Esta iniciativa de monitoreo forma parte del esfuerzo nacional para la conservación del jaguar en México, coordinado por diversas instituciones y organizaciones que trabajan para proteger a esta icónica especie en todo el país.
Nuestro trabajo en la sierra se centra en la conservación del jaguar mediante el monitoreo con cámaras de rastreo, la identificación de corredores biológicos, la colaboración con las comunidades locales y la implementación de iniciativas de educación ambiental. Este proyecto busca promover la convivencia entre las personas y la vida silvestre, así como prevenir conflictos entre especies que comparten el mismo territorio. Creemos firmemente que la protección del jaguar solo es posible cuando se construye a través del respeto, el diálogo y la participación de quienes comparten el territorio con él.
Programa de pulverización y castración
En muchas comunidades rurales de México, el crecimiento descontrolado de las poblaciones de perros y gatos representa un desafío no solo para el bienestar animal, sino también para la salud pública y el equilibrio ecológico. La falta de acceso a servicios veterinarios y campañas de esterilización provoca que cientos de animales vivan en condiciones vulnerables, expuestos al abandono, enfermedades e incluso conflictos con la fauna silvestre local.
La esterilización y castración no solo son medidas éticas y efectivas, sino también acciones urgentes para abordar la reproducción descontrolada de animales domésticos. Se estima que una sola hembra no esterilizada y sus crías pueden producir hasta 67,000 cachorros o gatitos en tan solo seis años, lo que agrava el problema de la sobrepoblación y aumenta el riesgo de abandono. Sin iniciativas de esterilización, muchos de estos animales terminan viviendo en condiciones precarias, expuestos a enfermedades que pueden transmitirse a otros animales y a los humanos. No esterilizar a tiempo también puede provocar diversas afecciones de salud, muchas de ellas prevenibles y potencialmente fatales si no se tratan. En las mujeres, este procedimiento reduce significativamente el riesgo de enfermedades graves como infecciones uterinas o ciertos tipos de cáncer, mejorando enormemente su salud y bienestar a largo plazo.
Conscientes de esta realidad, ReSiMar ha lanzado un proyecto de esterilización de perros y gatos en la comunidad de Juluchuca, Guerrero, extendiendo nuestros servicios a animales de cinco comunidades vecinas. El objetivo principal de esta iniciativa es controlar la población, reducir la reproducción excesiva de animales domésticos y, a su vez, mejorar la calidad de vida tanto de los animales como de las personas que conviven con ellos. Con el tiempo, este esfuerzo se ha fortalecido mediante campañas periódicas. La primera tuvo lugar en mayo de 2019, con 113 animales esterilizados, y la segunda en octubre de 2022, con un total de 81 animales tratados. Estas campañas marcan hitos clave en la construcción de un proyecto a largo plazo que busca abordar un problema complejo de forma integral y sostenible.
A través de estas campañas, ofrecemos atención veterinaria de bajo costo, con un fuerte enfoque en la esterilización como herramienta clave para prevenir el abandono y el sufrimiento animal. También promovemos la educación sobre la tenencia responsable de mascotas, la vacunación y los cuidados básicos de los animales, fortaleciendo la conciencia colectiva hacia una convivencia más armoniosa. Este esfuerzo no sería posible sin la colaboración activa de veterinarios voluntarios, organizaciones colaboradoras y, sobre todo, las comunidades locales que confían en el proceso y participan en cada campaña. En ReSiMar, estamos profundamente convencidos de que la transformación comienza a nivel local y de que el respeto por todos los seres vivos es esencial para construir comunidades más sanas, seguras y compasivas.
Apoya nuestros esfuerzos regenerativos.
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