Cómo Convertimos el Plástico Usado en Oro

En aquellos tiempos, cuando el pueblo de Juluchuca ocupaba el terreno que ahora es nuestra finca, antes de que la población se trasladara río arriba, quienes vivían aquí intercambiaban recursos naturales a cambio de dinero. Una bolsa de maíz por dos mangos, una caja de conchas marinas por arcilla para construir una casa, etc. En la cima de esa cadena alimenticia monetaria se encontraba el cacao. La semilla de cacao era muy valorada por los pueblos maya y azteca por razones prácticas y culturales. Con el tiempo, se convirtió en parte integral de las economías maya y azteca.

Como parte de nuestro proyecto de limpieza de cuencas hidrográficas, Juluchuca Limpio, siempre buscamos maneras de involucrar a los niños de la cuenca en la gestión responsable de la basura. Ximena Rodríguez, nuestra Coordinadora de Educación Regenerativa, quien trabaja en todas las escuelas de las cuatro comunidades, tuvo una idea. Si bien no estábamos dispuestos a intercambiar su basura por cacao o chocolate como lo conocemos hoy, Ximena vio la oportunidad de incentivar a los niños a recolectar plástico (PET) a cambio de útiles escolares.

Tenemos la suerte de recibir generosas donaciones de útiles escolares por parte de nuestros invitados a través de nuestra iniciativa "Empaca con un Propósito", así que Ximena se puso a diseñar un nuevo sistema económico. 2 botellas = 1 cepillo de dientes, una selección de borradores, una caja de crayones. 5 botellas = prendas de vestir, 8 botellas = juguetes y calcomanías, 10 botellas = cuadernos, colores y manualidades, etc. Se fijó la fecha para el Ecotrueque*, se clasificaron los artículos disponibles y los niños tuvieron 3 semanas para recolectar suficientes botellas de plástico para intercambiar por los artículos de sus sueños. *El Trueque es un intercambio de cosas de interés mutuo para los participantes; en nuestro caso, lo llamamos Ecotrueque porque, en esencia, es un evento ecocomunitario.

"Cuando llegaron los niños, nos dimos cuenta rápidamente de que habíamos subestimado cuánto recolectarían y de que yo había subestimado la 'moneda'". Cada uno llevaba bolsas enormes llenas de 20 o más botellas, que con gusto intercambiaron por útiles escolares. Fue una actividad fantástica para cambiar su perspectiva sobre la basura, de algo que se tira fácilmente al suelo a algo que tiene valor. Esperamos organizar más eventos en todas las comunidades y ver el impacto de esta iniciativa. Los niños de Las Placitas ya vienen a clase y me cuentan cuántas botellas han recolectado para nuestro próximo evento.

Ese día, Ximena estuvo acompañada por Osmaira Hernández, nuestra Líder del Nodo de Permacultura, y Larissa Hernández, nuestra Coordinadora del Santuario de Tortugas, quienes la ayudaron a negociar con los niños las tasas de cambio y organizaron juegos para ellos. Todas las botellas de plástico recolectadas se donaron a la iglesia local, que pudo vender el plástico para recaudar fondos para las renovaciones.

Y aquí lo tienen: cómo convertimos el plástico en oro*

*A los ojos de los niños

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